Cuando hace tiempo anuncié aquí la muerte de Michael Jackson, el rey del pop y, en su momento, la persona más famosa del mundo, comentamos que quizá no tenía mucho que ver con el mundo del cine, aunque sí, claro, sus videoclips eran piezas fuera de serie, había aparecido en Men in Black 2 y algo más. Su influencia es más que notable en el mundo cinematográfico, pero su presencia física más bien discutible. El caso es que Michael Jackson afirmaba que el cine era el “arte definitivo”, porque tenía música, imágenes… Se consideraba un enamorado de Spielberg, Star Wars, Tiburón, y decía que le encantaría hacer películas. Curiosamente a finales de este mes se estrena una de ellas, ‘This is it’, presumiblemente un megahit taquillero que amasará una fortuna a la velocidad de la luz, quizá por el morbo de una inminente muerte y el desconocimiento del tipo que la va a sufrir. Te la venden como “La” película de Michael Jackson, pero lo cierto es que este hombre tiene varias piezas en su filmografía.
Vamos a conocerla un poco mejor, con la esperanza no sólo de quitarnos ese peso de encima que supone haber pasado de él hasta que un paro cardíaco se lo ha llevado a un carísimo cementerio, sino también para conocerle mejor que con todos los documentales posibles y recordar una época que desgraciadamente ha pasado a la historia en la que confluyeron algunos de los más grandes profesionales del mundo.
“Me encantan las películas, me han gustado desde que era niño. Durante dos horas puedes ser transportado a otro lugar. Las películas pueden llevarte a cualquier sitio. Eso es lo que a mí me gusta. Puedo sentarme y decir: “Muy bien, a partir de ahora no existe nada más, llévame a un lugar maravilloso y hazme olvidar mis angustias, preocupaciones y mi programa de trabajo.” Michael Jackson.
Hasta la llegada de Thriller, un videoclip era un tipo cantando una canción. Ni más ni menos. Su famosa coreografía rodeado de Zombies, dirigida por John Landis, director de películas como ‘Un hombre lobo americano en Londres’ consiguieron que su disco fuera el más vendido de todos los tiempos (y tal como están las cosas, nadie lo baja de ahí ni a tiros). Luego llegó Bad, dirigida por Martin Scorsese, que relataba una historia basada en un hecho real: la de un chico de los bajos fondos que logra hacer una carrera universitaria y que al regresar a casa es obligado por sus amigos a demostrar su valentía atacando a un transeúnte. La gracia de ambos videoclips consistía en un despliegue visual diferente a lo habitual. Antes sólo podías cantar o bailar, o tratar de compaginar ligeramente ambas disciplinas (que se lo digan a Fred Astaire, que le costó lo suyo), mientras que Michael demostró que era capaz de hacerlo todo, y bien.
Con Thriller (que se iba a haber llamado Starligth Love) alcanzó la cúspide mundial. Y fue a partir de ahí cuando dejó la apariencia de una persona normal para vivir en la opulencia y excesos propios de la década de los ochenta, como podemos ver en su ropa en el videoclip de Bad. Se dice que Freddy Mercury, tras grabar varias canciones con Jackson, aseguró que éste “había perdido todo contacto con la realidad” tras Thriller. Quedándonos con ese pequeño detalle, sigamos adelante y analicemos ‘Captain Eo’.
CAPTAIN EO
“Captain Eo se hizo porque los estudios Disney querían que yo montara un número nuevo para los parques. Dijeron que no les importaba lo que hiciera mientras fuera algo creativo”. Michael Jackson.
En 1986 George Lucas seguía siendo el tipo que iba a revolucionar el cine, era relativamente joven y el mundo brillaba con purpurina, ilusión, hombreras y la explosión del Challenger a pocos segundos después de abandonar la plataforma de lanzamiento. Bajo aquel panorama mundial y con la recurrente moda del 3D en auge, George Lucas y Michael Jackson se juntaron para dar forma a un cortometraje de 17 minutos. En un principio se intentó contar con Steven Spielberg para dirigirlo, pero como estaba ocupado, el elegido fue Francis Ford Coppola.
A grandes rasgos el cortometraje trata acerca de una nave espacial llena de perdedores, a punto de ser expulsados de la legión, que tienen la misión de entregar a una maléfica reina un regalo. Son claros su aire infantil, los guiños y homenajes a Star Wars y un cierto tufillo a Dune. Por ejemplo, Michael (El capitán Eo) es el único humano de su nave espacial, mientras que los demás son marionetas de peluche, robots y seres alienígenas bastante incompetentes que no pueden impedir que los ataquen en pleno vuelo. Mientras la nave entera arde y saltan chispas, un holograma del comandante de la flota le pregunta a Michael qué está pasando, y el responde: Nada, señor, un pequeño malfuncionamiento en las armas. Exactamente el mismo chiste con el que Han Solo trataba de justificar un tiroteo en el Episodio IV. Luego viene una larga persecución por algo muy parecido a la trinchera de la estrella de la muerte, que culmina en un accidente y con que todos son capturados.
Ante la reina, Michael le dice que el regalo es propio para alguien de su belleza interior, pero que no tiene una llave que la pueda mostrar al mundo. Por supuesto, el regalo consiste en que los miembros de la tripulación cogen instrumentos (y un robot que se transforma en tal) y empiezan una canción, mientras Michael recluta a todos los esbirros de la reina y con rayos los transforma en los bailarines que habrá detrás. Están los momentos graciosos con el tripulante más tonto de la nave, un elefante que toca el piano y que recuerda sospechosamente a uno similar que aparecía en “el retorno del Jedi” tocando en la guarida de Jabba el Hutt, y el consiguiente cambio físico de la reina malvada por una mujer más normal, los aplausos y los vítores para empezar a tocar una canción mucho más alegre mientras el Capitan Eo y los demás regresan a la nave y emprenden el viaje de regreso.
‘Captain eo’ tuvo su guiño en la serie Padre de Familia, que podeis ver aquí.
Sin embargo poco hay de ironía o de mala baba en Captain Eo. Se trata de un cortometraje cargado de ilusión y buenas intenciones que seguramente hizo disfrutar a muchas personas cuando se estrenó y que se ha vuelto a emitir en Disneyland tras la muerte de Jackson. Por aquella época se suponía que los niños eran inocentes, cosa que hoy día no es así, y que Captain Eo iba dirigido a ellos. Si miráis la foto de abajo, y una vez visto el cortometraje, os daréis cuenta de que efectivamente hubo un niño que se lo pasó realmente bien con él.
Moonwalker.
“Me gusta estar con los niños, ellos lo observan todo, no pasan de nada, miran las cosas con ojos nuevos y mentes abiertas, esto es, entre otras cosas, lo que les hace tan creativos. No se preocupan por las reglas, el dibujo no tiene que estar en el centro de la hoja, el cielo no tiene que ser azul, y también aceptan a las personas. Lo único que exigen es que se les trate con justicia y que se les quiera. Me parece que eso es lo que pedimos todos.” Michael Jackson.
Lo siguiente es una rareza. Se sigue considerando la única película que hizo Jackson, y es digna de estudio. Digamos que no sigue un hilo argumental o la estructura propia de un filme, aunque se le llame así por su formato, duración y distribución. Al principio se nos hace un repaso por su vida y evolución desde que era un niño cantando con los Jackson Five hasta la canción rockera Dirty Diana. Sus premios, su accidente grabando el anuncio de Pepsi que le cambiaría la cara para siempre… Luego daremos paso a una versión de su video Bad realizada por niños que al final atraviesan una nube de humo para ver a Michael al fin, como si hubieran crecido, y que de pronto se ve asediado por un enjambre de marionetas de plastilina que le siguen como posesos. Alguno de ellos parece un ciempiés con decenas de cámaras de fotos, por lo que tiene que correr por todo un estudio de cine hasta esconderse en un armario y allí disfrazarse con lo primero que encuentra, es decir, con ropa y máscara de conejo. Aun así no logra despistar a sus fans, y se inicia una persecución que no es ni más ni menos que el videoclip de otra canción suya: Speed Demon.
Así que mientras los va dejando atrás podemos ver al susodicho conejo huyendo en moto…
O transformándose en alguien famoso para despistar, un gallifante a quien descubra quién es este obrero.
Finalmente llega a un desierto que parece sacado de un capítulo del coyote y el correcaminos, se quita el traje pero éste parece cobrar vida por sí mismo. Entonces ambos bailan hasta que un policía le multa por infringir la señal que podéis ver más abajo. Michael intenta excusarse diciendo que estaba allí con un amigo, pero éste ha desaparecido, así que coge la multa, va a montarse en la moto y, por un momento, se ven en las montañas la forma del conejo, que le guiña un ojo. Michael sonríe y pasamos a otra parte del film.
“Quizá lo mejor de Michael fuera antes de que sucumbiera a la presión de ser Michael” Jane Fonda.
El siguiente fragmento de Moonwalker es el videoclip de “Leave me Alone”, con el que trataba e enviar un claro mensaje: déjame solo. Cantaba a todos aquellos que le hacían la vida imposible, publicando en los periódicos noticias falsas o que contaban la mitad de la verdad. Que sí había montado un templo a Elizabeth Taylor en su casa, que si se había operado la nariz (él admitió que si, y qué importaba) que si intentaba parecer más blanco (aunque siempre alegó que fue una enfermedad, pocos le creyeron hasta que su autopsia le dio la razón) etc, etc…
Luego viene la que quizá sea la parte más famosa de Moonwalker, una edulcorada historia acerca de un gánster interpretado por Joe Pesci (el ladrón bajito y calvo de sólo en casa, si es que soy más útil que la wikipedia) que quiere incitar a los niños al consumo de drogas, pero Michael y una niña le descubren y por eso intentan matarlos. Lo más curioso no son los fragmentos a cámara lenta en la que los niños y Michael disfrutan jugando en el campo (fuente de incontables chistes sobre su supuesta pedofilia) sino que Michael resulta que es un mago que obtiene su energía de las estrellas fugaces y que es capaz de transformarse en un coche molón y en un robot gigante para acabar con todos los malos segundos antes de cambiar de forma y sobrevolar la zona como impresionante nave espacial. Además, con su magia es capaz de entrar en una discoteca que lleva abandonada desde los años 30 y encontrársela llena de gente, donde se realiza uno de los mejores y más famosos videoclips de la historia: Smooth Criminal.
La opinión general es que Moonwalker es una bizarrada de cuidado, con un par de buenos momentos. No es más esperpéntica que la película de Operación Triunfo o el almacén de cosméticos del cantante de Tokio Hotel, pero por no seguir un patrón más “clásico” se recomienda su visionado únicamente a los fans del artista. Sin embargo aún queda una más, ‘Ghost’, que nos muestra mejor que nadie las consecuencias de su extrema fama y sus rarezas.
GHOST
“Un día, en plena preproducción, Michael se quedó dormido. En otra ocasión llamó a Tabby (mi mujer) para preguntarle un teléfono donde yo fuera a estar ese día. A los cinco minutos Michael volvió a llamar llorando porque decía que al no tener bolígrafo había tratado de escribirlo en la alfombra. Tabby, con mucha paciencia, se lo volvió a dar… pero nunca me llamó.” Stephen King.
Ghost es una historia que pretende ser terrorífica y a la vez divertida. Como lo habitual en alguien como él era el videoclip, Ghost es el más largo del mundo, con una duración de 40 minutos plagados de efectos especiales y cuentos de fantasmas. Para ello Michael Jackson recurrió a dos reyes más, a Stephen King, el rey del Terror, y a Stan Winston, el rey de los efectos especiales. Este último, creador de prácticamente todo lo bueno de los últimos treinta años de FX, falleció el año pasado llevándose una forma de hacer y entender la magia en el cine. King y Jackson escribieron juntos una historia acerca de un hombre llamado “El Maestro” que vive encerrado en una mansión que se dice está encantada, y de un pueblo aparentemente normal, con un alcalde que quiere expulsarle de él.
Lo curioso es que en este cortometraje los niños también tienen un papel protagonista. Son los que conocieron al Maestro y éste les asustó y encantó con sus trucos de magia (no voy a hacer chistes, porque bastantes hay ya) y en cierto modo son los únicos que no ven mal que haya un hombre como él viviendo en el pueblo. Sin embargo los padres, escandalizados por el comportamiento del Maestro, que “vive solo y no sale nunca” recurren al alcalde que le dice al maestro frases tan duras como “Vuelve al circo, porque eres un anormal, monstruo. Lárgate o tendremos que hacerte daño… eres raro…. Y no me gustas.” Entonces el Maestro, aficionado a los juegos de terror decide que el primero que se asuste, tendrá que irse del pueblo.
“¿A todos les gustan los juegos aquí? ¡Helloooou!!!! Hora de jugar!!!”
Así empieza el contraataque del Maestro. Empieza poniendo muecas estúpidas, diciendo: “¿Crees que esto da miedo? ¿No? Bien, ¿Y esto?” pero como el alcalde sigue insultándole opta por gritar: ¿Esto te asusta?
El maestro se quita toda la piel de su cabeza y deja al descubierto su cráneo, cierra las puertas y no deja salir a nadie diciendo: Es demasiado tarde, sois mis huéspedes. Por cierto… ¿Os dije que no estaba solo? Conoced a la familia.
Así que luego presenciamos varios minutos de coreografías en las que la ley de la gravedad, por ejemplo, no importa en absoluto. Algunos momentos maravillan al público y otros los aterran, hasta el extremo de que, cuando el alcalde mira con infinito odio al Maestro, éste se despoja de ropa y carne para mostrarnos su esqueleto.
Así se inicia la lucha entre estos dos hombres por ver quién tiene derecho a quedarse. Ghost es un portento de efectos especiales que incluso hoy, trece años más tarde, no han envejecido en absoluto. Quizá el que más impresione no es el esqueleto recreado con captura de movimientos, (una réplica perfecta, con todo lo truculento que eso conlleva, de la forma ósea de Michael) sino uno de los múltiples personajes que éste interpreta: Al propio alcalde del pueblo.
Y es que es sencillamente alucinante lo bien que queda en pantalla este hombre siendo nada más y nada menos que kilos de maquillaje y prótesis de látex. Una muestra de por qué el estudio de Stan Winston se merece todos los Óscars que se ha llevado y más, lo que reafirma mi opinión de que el abuso de ordenadores ha destruido una parte importantísima de la “gracia” de hacer cine. Un detalle a resaltar es que con ese maquillaje puesto Michael Jackson pudo por primera vez en toda su vida salir a la calle sin que la gente gritara y le persiguiera, y sentarse en un banco en mitad de Disneylandia sin cientos de personas a su alrededor buscando una parte de él.
Ghost se estrenó fuera de concurso en el festival de Cannes en 1997, donde obtuvo buenas críticas y fue lanzada en VHS junto con copias de una película de Stephen King, “Maleficio”. Es la última de las películas de Michael Jackson, en la que queda patente sus ganas de ser otra persona, de escapar de todo aquello que consiguió y poder tener un día tranquilo y normal, salir al supermercado y llenar el carro con comida, disfrazarse, transformarse, ser inocente como los niños y la tristeza de ser considerado un bicho raro. ¿Era verdad toda esa inocencia que destilaba fuera de los escenarios? ¿Realmente era un niño grande al que Internet, en sus comienzos, le jodió la vida porque era raro, callado, tímido y demasiado famoso como para no creerte cualquier cosa que le sucediera? Con tanta ironía como hay en el mundo, con tantas insinuaciones acerca de que su amor por los niños era algo más carnal que lo que él aseguraba llorando y hasta con rabia, ¿Era él de las últimas personas inocentes que he visto en este mundo?
‘This is it’ promete darnos una nueva visión de este hombre. Algo como “nunca se ha visto”, que “cambiará para siempre nuestra percepción sobre un genio como él”. Esto ya lo he escuchado antes, y siempre nos contarán lo mismo. Dentro de unos días os diré cómo ha sido ‘This is it’, y si es verdad todo lo que nos anuncian. De momento, si queréis sacar algo más de cómo era el verdadero Michael Jackson, os dejo con dos frases que espero que os hagan pensar.
“El precio de la fama puede ser muy alto. ¿Merece la pena? Piensa que, en realidad, no tienes vida privada. No puedes hacer nada sin tomar una serie de medidas especiales. Los periódicos imprimen todo lo que dices, informan de todo lo que haces. Saben lo que compras, qué películas ves, todo lo que puedas imaginar. Si voy a la Biblioteca Pública dan los títulos que pido. Una vez en Florida publicaron en el periódico mi programa completo: Todo lo que hice desde las diez de la mañana hasta las seis de la tarde. Recuerdo que pensé: ¿Y si hiciera algo que no deseara ver publicado? Ese es el precio de la fama. Mis amigos y colaboradores saben que hay “otro” Michael al que me resulta difícil exponer en las extravagantes situaciones públicas en las que a menudo me veo.
Mucha gente me pregunta cómo soy: Mi música favorita es una mezcla extraña, me gusta la música clásica, me encanta la comida mexicana, soy vegetariano así que mis platos favoritos son a base de furta y verdura fresca. Me encantan los juguetes y los artilugios. Si me gusta alguno, me lo compro. Para mí, nada hay más importante que hacer feliz a la gente, distraerles de sus problemas y preocupaciones, aliviar sus cargas. Que digan que mi espectáculo les ha gustado y quieren volver, para mí es lo único que cuenta”. Michael Jackson.
“Si lo miráis veréis la tristeza de Jackson y el deseo casi doloroso de agradar. Sí, soy extraño, dicen sus ojos, pero estoy haciénolo lo mejor que puedo, y quiero haceros felices. ¿Es eso tan malo? El jurado lo declaró inocente, sin embargo el mundo lo encontró culpable de ser raro en tercer grado, y lo condenaron a vivir recluido. De castillo encantado en Castillo encantado. Finalmente, murió en uno de ellos.” Stephen King.
ipanonima
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